Un reciente estudio de la Universidad Flinders de Adelaida, en Australia, apunta hacia una tendencia que quizá sorprenda a muchas mujeres a punto de pasar por el altar: casarse engorda. Al menos así lo indican los resultados de su informe, basado en un seguimiento de los hábitos alimenticios de 350 mujeres, y cómo estos cambiaban en los seis meses posteriores a la boda.
Hasta tres kilos más de media en el transcurso de este primer medio año marital, que muchas veces vendrían determinados por el efecto rebote de la dieta preboda, aunque no siempre. De hecho, tal y como indican sus índices, tanto las mujeres que se someten un régimen alimenticio antes de casarse como las que no, acusarían este aumento de peso, que tiene tanto que ver con el estrés como con los cambios en nuestra rutina, o el clásico ‘bajón’ posterior a la boda, que se da una vez superadas las emociones de los preparativos.
La muestra se habría sometido así a un riguroso screening de tallaje y masa corporal, antes y después del día B. El estudio no sólo desvela cuánto peso podemos llegar a ganar tras el ‘sí quiero’, sino también la rapidez y la intensidad con la que lo hacemos: mientras que las mujeres que se resisten a someterse a una dieta antes de la boda no sobrepasan más allá de los 2 kilos extra, las que si lo hacen pueden subir de peso algo más de 3 kilos, mientras que las que se someten a una dieta extrema llegan a ganar cerca de 5 kilos, casi tres veces más que las primeras.
‘La alimentación juega un papel importantísimo en nuestra salud, somos lo que comemos’. La Dra. Elena Soria, nutricionista de la Clínica Menorca, lo tiene claro. ‘Los efectos de la buena o mala alimentación son acumulativos a lo largo del tiempo, y pasan factura siempre. Tienen una relación directa con la calidad de vida’.
Las dietas extremas han sido siempre objeto de crítica entre los expertos en nutrición, que desaconsejan las pérdidas de peso repentinas en períodos cortos de tiempo, y abogan por un cambio completo en los hábitos de vida, que equilibre lo que comemos con lo que gastamos a través del ejercicio o la actividad física.
Si eres de esas novias que han visto subir los números de la báscula después del ‘sí quiero’, tranquila. La doctora nos ha dado las 6 claves para perder esos kilos de más, y adoptar un estilo de vida que se pueda mantener a lo largo de vuestra vida de casados.
1. Toma una alimentación variada
‘Si se han cogido un par de kilos de más tras la boda, es fundamental seguir una alimentación variada y respetar unas normas higienicodietéticas, como realizar ejercicio o tener un hábito intestinal correcto’. Para ello, hay que respetar todos los grupos de nutrientes necesarios para nuestro organismo, como vitaminas, minerales y proteínas.
Proteínas: sobre todo carnes, pescados, huevos y lácteos. Importante tomar dos raciones diarias, alternando los pescados azules con los blancos, y eligiendo aves por encima de la carne roja -siempre bien hecha y a la plancha. Las raciones no deben superar los 125 gramos, cantidad equivalente a un filete pequeño, un cuarto de pollo o conejo, y uno o dos huevos. Hay hay que repartirlos entre las comidas y las cenas, sin olvidar que por la noche hay que ingerir siempre proteína
Grasas: evita la grasa animal, los embutidos grasos y los lácteos enteros, que aumentan el colesterol. Los aceites, siempre vegetales y mejor si son de oliva virgen extra. Además, es mejor tomarlos en crudo, porque fritos pierden propiedades.
Vitaminas y minerales: se recomiendan de 3 a 4 frutas al día, aunque es mejor tomarlas en el desayuno, durante el tentempié de la mañana o en la merienda. La verdura tiene que estar presente en todas las comidas y cenas.
2. Bebe mucho líquido entre comidas
Hablando siempre de personas adultas sanas, la ingesta de agua debe ser de entre 1,5 litros y 2 litros diarios. Si se realizan actividades de alta intensidad, o hace mucho calor, se debe incrementar el aporte de agua de foma proporcional, para reponer los líquidos que perdemos mediante la sudoración.
El vino viejo o de buena calidad, tanto blanco como tinto, tiene importantes propiedades en el organismo por sus componentes en taninos, vitaminas, tartratos y sales minerales. ‘El vino ejerce de protector cardiovascular’, nos recuerda la doctora, ‘además contribuye a la eliminación de toxinas, y puede actuar como bactericida, siempre tomándolo en cantidades pequeñas, como una o dos copas al día’.
En lo que respecta al resto de licores, a mayor graduación, mayor número de calorías. Están contraindicados cuando queremos bajar de peso: ‘su ingesta debería ser esporádica’.
3. Mastica bien los alimentos
Es importante masticar bien los alimentos porque es el primer paso hacia una digestión correcta. La salivación y la trituración son esenciales para activar la sensación de saciedad, que no aparece inmediatamente, sino a los 20 minutos de haber comido. ‘Es por eso que si comemos deprisa, seguramente se ingiera más cantidad de la que se necesita. Si se mastica despacio y a conciencia, el cerebro avisará de que el estomago está lleno antes de que sea demasiado tarde’.
4. Toma hidratos de carbono solo en el desayuno y en la comida
Es importante adecuar el horario y el tipo de alimentación a cada persona. Los hidratos de carbono son energéticos, por lo que es mejor ingerirlos unas horas antes de realizar ejercicio. El desayuno tiene que contener hidratos de carbono para disponer de la energía necesaria durante la mañana, acompañados de proteínas en forma de lácteos o huevo, para sentirnos saciadas.
Asimismo, por la noche la ingesta de proteínas, hidratos y grasas debe ser menor, porque no vamos a realizar una actividad física importante.
5. La cena perfecta para no engordar
Por la noche, es mejor tomar verduras cocinadas para facilitar su digestión, y acompañarlas de proteína de alto valor biológico, especialmente si proviene del pescado. ‘El organismo aprovecha mejor la proteína del pescado, y es rico en ácidos grasos beneficiosos para el corazón. Si se prefiere carne, es mejor elegir la de ave’.
6. Repartir los nutrientes entre cuatro y seis ingestas diarias
La cantidad de alimento y su reparto en el día es distinta para cada persona, dependiendo de la actividad que realice. En la actualidad, una de las dietas que mejor se adapta a un estilo de vida saludable es aquella en la que aportamos 40% de grasas, 40% de hidratos de carbono y 30% de proteínas.
En lo que respecta a echar el freno a las dietas antes de la boda, hay opiniones para todos los gustos. Una de las propuestas de Leyli Zarbakhsh, de Zar&Zar, es sustituir las dietas adelgazantes por una dieta detox, que consista en ‘consumir exclusivamente frutas, verduras y caldos vegetales, con el objetivo de eliminar toxinas, impurezas y residuos’. La otra, más clásica, sería la de someterse a un régimen alimenticio basado exclusivamente en el cambio de hábitos de alimentación a largo plazo, y que entre en acción con el tiempo suficiente como para perder peso antes de la boda sin caer en el efecto yo-yó.
Foto cortesía de Love is a big deal.